Somos una familia de apasionados por la riqueza de las plantas, el campo y la naturaleza.

Tuvimos la suerte de llegar, hace 25 años, a un valle en la precordillera de Los Andes en la zona central de Chile, frecuentado por arrieros.

Fueron ellos, los arrieros Aurelio y José, quienes nos enseñaron a reconocer las plantas y lo indispensable de contar con un boticario para sus largos viajes a la cordillera en Chile. Aprendimos a reconocer los distintos aromas, para dar gusto a las comidas y a la vida y por sobretodo para sanarnos.

José nos enseñó lo que es ser un arriero y nos transmitió su pasión por las hierbas y su importancia en la vida cotidiana. Se crió en la cordillera, el menor de 6 hermanos, su padre vio la muerte cuando José tenía 11 años. Heredó un piño de cabras y entre un lazo y un sombrero recorrió cada rincón entre riscos y quebradas. En su andar conoció las hierbas, matico para las heridas, melisa para la pena, y tantas otras que fueron parte de cada viaje a la cordillera. Fueron los viajes de los arrieros a la cordillera los que marcaron el inicio de nuestra historia con las hierbas y la historia de Soleil, herboristería andina.